Estoy diseñando mis procesos.
Si me dedicaré a escribir el resto de mi vida y mi relación con las palabras se volverá algo cotidiano tengo que empezar por algún lugar.
Tengo un diario, tengo un cuaderno de anotaciones y ahora tengo un blog.
Le he solicitado a un amigo bibliografía sobre temas de mecánica clásica, quiero un manual muy básico. Esto es por mi proyecto curatorial. En verdad quiero ganar la beca del PECDA, así que necesito contenido estudiado y objetivo. Empezaré por estudiar a profundidad la convocatoria, y recopilaré los documentos que pueda obtener por burocracia y sin ninguna inversión intelectual.
Tengo que reconstruir mi economía. Asumo la responsabilidad del problema, me he creado una especial adicción por objetos de consumo que no son rigurosamente necesarios, que terminan por enfermarme o reducir mi rendimiento escolar/ laboral/ e incluso social.
Parece que el Viernes saldré, quiero ver a mis amigos, paso mucho tiempo lejos de su ambiente, soy un caso. Entiendo que parezco loco, pero he dejado de ir a la escuela porque estoy curándome. Cuando se lo dije a Cynthia lo creía, y aún lo pienso así. No tengo la energía para cubrir la escuela en éste momento.
Desde el momento que dejé de ir empezó a irme mejor en los otros aspectos de mi vida, el trabajo lo cumplo con facilidad, estoy leyendo más, también mi relación ha mejorado (supongo que es porque camino menos cansado y me ofendo menos que la mayoría de las veces).
A veces pienso que mi vida, ante los ojos de los demás, parece una caricatura. No soy de esas personas hipócritas que juran no les importa lo que piensen de ellos (cuando en realidad es así). A mi si me preocupa que hablen de mi, porque es una falla de origen. Si la gente piensa mal de uno es por que no estoy comunicando lo que debería con mi lenguaje corporal, mi manera de vestir, mis tópicos de conversación.
Encontrar la honestidad total respecto a uno es muy complicado. Requiere de ingeniería. El cuerpo es engañoso y traicionero.
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